miércoles, 25 de noviembre de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Ya habéis visto como a Susan le ha aumentado la familia casi sin querer. De no conocer a su familia ha pasado a tener que convivir con tres primas desconocidas.
¿Lograrán llevarse bien?
¡Vamos a descubrirlo!

                               Transcurrió una semana desde la llegada de las primas desconocidas a la casa de las Cole.
                               La casa tenía tan sólo un cuarto de invitados que nunca se había usado.
                               Lady Kate tuvo que pedir prestados dos jergones a sus vecinos.
                               Susan no sabía qué pensar de sus primas.
                               Una tarde, se quedó a solas con las tres. Lady Kate había ido a visitar a una de las poquísimas amigas que tenía en la isla.
                               Las cuatro jóvenes dieron cuenta cada una de una taza de té que fue acompañado por unos pastelillos de frambuesa. Susan no dejaba de escrutar con la mirada a las tres jóvenes con las que estaba sentada a la mesa del comedor.
-¿Habéis estado en Bath?-preguntó, sintiéndose estúpida-Es que nunca he estado allí.
-Pues tía Kate tiene que dejar que vengas conmigo a Bath-respondió Arianne, entusiasmada.
-No creo que me deje ir.
-¡Te vas a divertir mucho! Apuesto a que nunca has visto un partido de cricket. ¿Verdad que no?
-No...
                               Arianne resultó ser la más agradable de las tres primas desconocidas. Intentaba ganarse por todos los medios la confianza de Susan. Danielle era la más tímida. Apenas articulaba palabra.
                              Y no sabía cómo definir a Gaelen. Podía parecer fría y distante en ocasiones.
                               Sin embargo, otras veces, era muy agradable. Susan se enteró de que las tres habían tenido sus puestas de largo. No quería sentir envidia de ellas.
-¿Por qué no vienes con nosotras a Londres?-se atrevió a ofrecerle Gaelen.
-Creo que no podría tener una puesta de largo-contestó Susan con pena.
-Porque tía Kate te tiene muy sobreprotegida-opinó Danielle-Debería de dejarte ir. Darte alas.
                           Gaelen miró a su hermana menor escandalizada. Habían protagonizado un sonoro escándalo al haber ido a aquella isla las tres solas. ¡Sin llevar consigo a su dama de compañía! Una joven de buena familia no podía salir sola a la calle. ¡Eso era imposible! Además, Susan no tenía una doncella.
-No deberías de decirle esas cosas-regañó a Danielle.
-Nosotras somos tres venerables solteronas-replicó la joven-Pero Susan está en la edad en la que debería de tener su presentación en sociedad. Puede que el año que viene sea demasiado tarde. ¿Qué edad tienes, prima?
                        Danielle miró a Susan para hacerle aquella pregunta.
-Tengo dieciocho años-respondió-Pero cumpliré diecinueve en mayo.
-¿Lo veis?-se jactó Danielle-Tenemos que prepararla.
                           Parecía estar muy satisfecha con su decisión. Decisión que fue aplaudida por Arianne. Susan se enteró de que sus primas ya tenían la edad suficiente como para estar casadas. Danielle tenía veinte años. Gaelen, en cambio, tenía veintitrés años.
                          Arianne era la mayor del trío. Tenía veintiocho años.
                          Un nudo se formó en la garganta de Susan. Su familia no sólo la componía su madre y el recuerdo del pequeño Lucien.
                          Aquellas tres jóvenes no querían unas desconocidas para ella. Eran sus primas.
                          También eran su familia.
-Mi mejor amiga, Cassandra Baker, fue presentada en sociedad-contó Susan, intentando disimular el temblor de su voz-La temporada social empieza en enero. ¡Ya estamos en enero! Yo no puedo ser presentada en sociedad. ¡Soy una bastarda! ¡Por eso, mi madre y yo vivimos aquí!
-Por eso, estamos aquí, prima-le confesó Arianne con dulzura-Nuestro abuelo cometió un terrible error al no ayudar a tía Kate. No vengó lo que le ocurrió. Éste no es tu lugar. O puede que sí. Pero, al menos, mereces la oportunidad de ser feliz. No digo que mereces formar parte de nuestra familia. ¡Eres nuestra familia! Y es injusto que tengas que vivir sufriendo por algo de lo que no tiene la culpa. ¡Se acabó, prima! Deja de pensar que estás sola en el mundo. ¡Nos tienes a nosotras! A Danny...A Gaelen...Y a mí...
                         Arianne abrazó con cariño a Susan. Le dio un beso en la mejilla.

jueves, 12 de noviembre de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Empiezan a aparecer miembros de la familia de Susan.
En este caso, en el fragmento de hoy de esta blog novela, aparecen tres primas de nuestra protagonista.
¿Qué es lo que querrán?

                                      La mente de Susan trabajó a gran velocidad en los días que siguieron. 
                             Sabía que su vida no volvería a ser la misma que había sido hasta aquel momento. Su madre sospechaba que algo raro le ocurría. En varias ocasiones, trató de hablar con ella. Sin embargo, Susan no sabía cómo contarle que estaba enamorada de Gerard. A lo mejor, lady Kate no lo entendía. 
                            Una tarde, una barca en la que viajaban tres mujeres elegantemente vestidas se acercó poco a poco a la isla. 
-Recordadme el porqué estamos haciendo esto-pidió la más joven de las mujeres. 
-Se tratan de nuestra tía y de nuestra prima-le recordó la mayor de las tres-Debemos de conocerlas. Estamos en nuestro derecho. 
-Nuestra tía cometió un pecado terrible. Está pagando un justo castigo por ello. ¡No vamos a empezar a compadecerla! 
-¡Por favor!-intervino la segunda mujer. Era la mediana de las tres-No empecéis a discutir. Vamos a tratar de hacer lo correcto. 
                         Lady Arianne Sheldon vio cómo se formaban pequeñas ondas en el agua. Las ondas la formaban los golpes del barquero. Se estaban acercando poco a poco a su destino. Y estaba muy nerviosa. 
-Además, la temporada social en Londres es muy aburrida-afirmó-Podemos preparar a nuestra prima para que haga su puesta de largo el año que viene. 
                           Iba acompañada por sus otras dos primas. Lady Gaelen y lady Danielle Sheldon eran hermanas. Las hermanas de lady Kate habían hecho buenos matrimonios. Una de ellas se había casado con el segundo hijo del conde de Becher. Tiempo después, la otra hermana contrajo matrimonio con el heredero del condado de Becher. 
                           La primera pareja eran los padres de Arianne. La segunda pareja eran los padres de Gaelen y de Danielle. Las tres jóvenes se habían convertido, a los ojos de las matronas, en tres venerables solteronas. 
                        Un rato después, aquellas tres mujeres se presentaron en la casa de lady Kate. Lady Arianne era la que más recuerdos conservaba de su tía. A la dama le costó trabajo reconocer a sus sobrinas. Habían cambiado mucho. 
                      Las tres iban completamente vestidas de negro. 
                      Susan estaba en el desván intentando poner en orden sus ideas. Le había dicho a su madre que iba a buscar telas para empezar a bordar un pañuelo. Había empezado a buscar las telas en un viejo arcón que guardaba su madre allí. Era donde guardaba los recuerdos de su vida anterior. 
                      De pronto, oyó voces. Procedían del salón. Susan decidió bajar a ver quién era. Su madre nunca recibía visitas. En un primer momento, pensó que se trataba de Cassandra. Se envaró. Su madre estaba hablando con tres mujeres. Ninguna de aquellas tres mujeres era su mejor amiga. No entendía lo que estaba pasando. Al entrar en el salón, vio a su madre sonreír de un modo desconocido para ella. 
                      Cogía con cariño las manos de una de aquellas tres mujeres. 
-Cariño, ven aquí-la invitó-Déjame que te  presente a tus primas. Son lady Arianne, lady Danielle y lady Gaelen Sheldon. 
-No nos apellidamos así-le recordó Susan. 
-Son las hijas de mis hermanas Belinda y Kathryn. Creo que te he hablado antes de ellas. 
                         Las tres mujeres se acercaron para abrazar a Susan. La besaron en las mejillas. 
                         La mayor de las tres, la tal lady Arianne, incluso, llegó a acariciar su mejilla con la mano. 
-Es una alegría poder conocerte, prima-afirmó lady Arianne. 
-Venimos a quedarnos una temporada con vosotras-anunció lady Danielle-Espero que no sea mucha molestia. 
-Pero...-balbuceó lady Kate, asombrada. 
-¡Sabía que no te opondrías, tía Kate!-palmoteó lady Gaelen. 
                        Susan estaba desconcertada. Aparecían de improviso tres desconocidas en su casa que decían ser sus primas. ¡Y pretendían quedarse allí a pasar una temporada! 
-Madre...-balbuceó Susan. 
-Puede que esté cometiendo un error-dijo lady Kate-Pero deseo que se queden. 
-¡Eres muy amable, tía Kate!-afirmó lady Arianne.