domingo, 18 de octubre de 2015

ESCENA ELIMINADA DE UNA DE MIS NOVELAS

Hola a todos.
Aquí os traigo una escena que eliminé de una de mis novelas. En concreto, la eliminé de mi novela Aquello que duele. 
Aquello que duele cuenta la historia de una joven estadounidense, Emma, que vive afincada en Inglaterra y que ha hecho realidad el sueño de cualquier joven al contraer matrimonio con un lord inglés. Pero el matrimonio acaba siendo un completo fracaso que Emma no quiere reconocer. En cambio, la prima de la joven, Arabella, acaba encontrando el amor gracias a un amigo de la infancia.
La acción transcurre en la década de 1950.
De ahí que aparezcan televisores en esta escena.

                                     Algunas noches, Emma y Alexander se sentaban en el sofá de la sala de estar. Encendían el televisor. Lo miraban en silencio. Veían cualquier programa que emitían. Programas de debates...Programas de humor...Ninguno se molestaba en acercarse al televisor para cambiar de canal.
                                   Alexander se reía con los programas de humor. A Emma no le hacían gracia.
-¡Mira!-le indicaba Alexander-¡No te pierdas esto! ¡Ja, ja! ¡Ja, ja! ¡Qué gracioso!
                                  Arabella estaba muchas noches con ellos en la sala de estar viendo la televisión. Se obligaba así misma a esbozar una sonrisa.
-Sí...-murmuraba Emma-Sí...-Hablaba con voz desganada-Muy gracioso...Ya lo veo. Sí...
-Pero...-se sorprendía Alexander-No te ríes. ¡Oh, Dios! ¡Oh! ¡Ja, ja, ja! ¡Ríete!
-No tiene ganas de reírse-intervenía Arabella-O se está riendo por dentro. Emma es muy comedida.
-No es verdad. Cuando conocí a tu prima, Belle, era todo lo contrario que debe de ser una mujer comedida. Hazme caso.



                               Emma guardaba silencio. No tenía ganas de sonreír. Una especie de amargura se había instalado en su corazón desde hacía algún tiempo.
                               Ni siquiera miraba a su marido a la cara. Quería seguir pensando en él como solía hacer.
                               Como el lord inglés que le había robado el corazón. No quería mirarle y descubrir al desconocido que era, en realidad.
                              Arabella advirtió lo que le ocurría a su prima.
                             Se lo comentó una tarde en la que ambas estaban en la biblioteca. Ya quedaban cada vez menos libros.
-Mi vida es un completo caos-se sinceró Emma.
-¿Estás hablando de tu matrimonio?-quiso saber Arabella.
-Estoy hablando de todo. La agencia se va al traste. Cada vez hay menos dinero. Y Alex...
-¿Acaso discutís?
-El problema es que nunca hablamos.

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