viernes, 31 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi blog novela Una pareja enamorada. 
La familia Welles está escandalizada por la carta que han recibido de Gerard.
¿Qué pasará? ¿Qué van a hacer?

                              Toda la familia Welles se reunió en el salón de la mansión de los vizcondes de Ford.
                              Lady Ford no paraba de quejarse de lo mucho que le dolía la cabeza. Lord Ford estaba acostado en el sofá, con las costillas vendadas. Le dolía todo el cuerpo de la paliza que había sufrido.
-¡Mi hijo se ha vuelto loco!-protestó lord Eric, el padre de Gerard y hermano menor de lord Ford.
-¡Se ha liado con una bastarda!-sollozó su mujer y madre de Gerard, lady Mary.
                            Todos empezaron a hablar a la vez. Estaban conformes en que Gerard había cometido un terrible error. A su edad, veían con buenos ojos que se viera con actrices.
-¡Pero se trata de una bastarda!-se quejó lady Mary.
-Se quiere casar con ella-dijo lady Ford-Por favor...Bajad la voz.
-¡No permitiré que mi hijo se case con una hija de perra! Hemos de hacer algo. Tiene que regresar a Londres.
                           Lord Ford se negó en redondo. Necesitaban el sueldo que ganaba Gerard en la casa del anciano Jeremiah.
                          No podía abandonar Nag's Head.
                          Sólo sabían que se había enamorado de una joven que era hija de madre soltera. Y quería casarse con ella.
                         Era evidente que Gerard había perdido por completo la cabeza. La alta sociedad se encargaba de tapar sus trapos sucios. La joven era, por lo visto, miembro de la aristocracia. La madre debió de ser enviada a aquella pequeña isla en cuanto fue evidente que estaba embarazada. Debía de quedarse allí para purgar por el pecado que había cometido.
                       Y su hija debía de quedarse soltera. Así, cuidaría de ella. Purgaría también por el pecado que había cometido su madre. ¡Pero, aún así, Gerard quería casarse con ella! Debían de hacer algo para quitarle aquella idea de la cabeza. Sin embargo, Gerard, cuando se lo proponía, podía llegar a ser muy cabezota.



-¿Qué vamos a hacer?-se alteró lady Mary.
-No podemos retirarle la asignación-contestó lord Ford.
                       Lady Mary y lord Eric se pasearon de un lado a otro del salón. Estaban muy nerviosos.
-No le pasamos una asignación-añadió lord Ford-Él es el que nos envía el dinero a nosotros. ¿No lo entendéis?
-Me va a estallar la cabeza-se quejó lady Mary.
-Me duelen demasiado las costillas como para pensar-intervino lord Ford-Ya estás como mi mujer, cuñada.
-Gerard es muy joven-intervino lady Ford-Se le quitará esa idea de la cabeza. Debemos de buscarle una esposa.
-Tiene que ser muy rica-alegó lord Ford-Necesitamos que se case con una heredera.
-Ninguna familia entregaría a una de sus hijas a un Welles-se lamentó nuevamente lady Mary-Estamos en la ruina.

jueves, 30 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Una pareja enamorada es muy corto, pero no por ello deja de tener su interés.
La carta que les escribió hace algún tiempo Gerard a su familia llega a su destino.
¡Veamos qué ocurre!

                            Lord Ford llevaba algún tiempo encerrado en su mansión, situada en el lujoso barrio de Mayfair, sin querer salir a la calle.
-Excelencia...-le llamó el mayordomo.
-¿Han venido a verme los acreedores?-preguntó, nervioso, el vizconde.
                           Se hallaba acostado en su cama. Su mayordomo le había curado las heridas que le ocasionaron dos matones enviados por un acreedor que le propinaron una brutal paliza.
                            Sólo quedaba en su casa el mayordomo y la cocinera. El resto de la servidumbre se había marchado porque no les pagaba.
                           Lord Ford se había jurado así mismo que nunca más volvería a apostar.
-Ha recibido una carta de su sobrino, señor-respondió el mayordomo.
-¿Me ha mandado dinero?-quiso saber lord Ford-Necesito ese dinero más que nunca.
                            Había cometido la locura de ir a las carreras de Ascot. Apostó una fuerte suma de dinero. ¡Había creído que aquel alazán ganaría una de las carreras!
                           Lo malo de todo fue que el alazán por el que apostó llegó en último lugar. El vizconde dependía de Gerard.
-No lo sé, milord-contestó el mayordomo.
                           Le tendió el sobre. Lo cierto era que toda la familia dependía económicamente de Gerard. El joven había demostrado poseer una madurez que le faltaba a todos los miembros del clan Welles.
                           Trabajaba como secretario para un anciano. Por supuesto, los padres de Gerard, el hermano y la cuñada del vizconde, no iban a decir que su hijo estaba trabajando. Habían contado que Gerard estaba de viaje, recorriendo Europa. Aunque nadie se lo creía.
                          Todo el mundo sabía que a Gerard no le gustaba nada viajar. Era el más tranquilo de su alocada familia.
-Veamos qué me cuenta mi sobrino favorito-canturreó el vizconde.
                         Abrió con su propia mano el sobre.
                         Extrajo una hoja de papel doblada. La desdobló. Empezó a leer.
-¿Le ocurre algo, Excelencia?-le preguntó el mayordomo.
                         A medida que iba leyendo, lord Ford se estaba poniendo cada vez más blanco.
-¡No puede ser!-respondió gritando-¡Se ha vuelto loco!
-¿El qué no puede ser, milord?-se extrañó el mayordomo-¿Le ocurre algo al joven Gerard?
                         Lord Ford se desmayó. Por suerte, estaba acostado. Aún así, el mayordomo se asustó.
                         Salió corriendo de la habitación. Fue al gabinete donde estaba la vizcondesa. La mujer yacía en el sofá, asistida por su doncella, quién le pasaba paños empapados en perfume por la frente. Desde que se casó con el vizconde, lady Ford padecía de fuertes migrañas.
-¡Excelencia!-exclamó el mayordomo, entrando a toda prisa y sin llamar en el gabinete-Le ruego que me dispense. Se trata de su marido.
-Por favor...-le pidió la vizcondesa-No me digas que le han vuelto a dar otra paliza.
-Se ha desmayado.
-Dada la situación en la que estamos, me extraña que no se haya pegado un tiro, como hizo mi padre. Coge mis sales.
                          Era evidente que lady Ford no tenía muchas ganas de hablar con nadie en aquellos momentos. Maldecía el día en el que aceptó casarse con aquel irresponsable. Habría sido mejor haber aceptado un trabajo de institutriz en vez de convertirse en la esposa de alguien que se dedicaba a hundir a su familia en el fango.

miércoles, 29 de julio de 2015

AVISO

Hola a todos.
Terminar esta blog novela es mi mayor motivación.
No sólo he de terminar esta historia, sino que también quiero terminar las demás historias que tengo pendientes y que están a medias.
Lo sé, es mucho.
Es demasiado.
No sé cuándo la terminaré. Quiero ir paso a paso.
No sé si lograré acabarla antes de que finalice el año. Es lo que más deseo.
Las historias que transcurren en los inicios del siglo XIX son fascinantes. No sólo por la moda...Es también por la ternura que desprenden. No sé si me explico bien.
Las novelas que transcurren en la década de 1840 me cautivan. Son historias atormentadas. Predomina la oscuridad. Los lugares solitarios...La lluvia...
En cambio, las historias que transcurren a principios del siglo XIX son bien distintas. Son historias luminosas. Llenas de optimismo...De esperanza...
Y yo quiero que haya un final feliz tanto para Susan como para Gerard.

domingo, 26 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Una pareja enamorada. 
Vamos a ver lo que pasa por la cabeza de nuestra terca Susan.

                                    Cuando lady Kate fue desterrada a aquella isla, se llevó consigo numerosos libros.
                                   Al menos, los libros le harían compañía cuando se sintiera sola, antes del nacimiento de su hija. Su padre pensaba que el leer demasiado la había convertido en una mujer fácil. A aquellas alturas, lo que pensaba su padre de ella le importaba bien poco a lady Kate.
                                Susan había heredado de su madre su pasión por la lectura. Podía pasarse las horas muertas leyendo en la pequeña biblioteca que había en su casa. En aquellos momentos, Susan entró en la biblioteca.
                                 Lady Kate había salido con su doncella a dar un paseo por la orilla del río Támesis.
                                 Susan se quedó mirando los libros que había en una estantería.
                                No podía quitarse de la cabeza la forma en la que Gerard la había besado.
                                Estás cediendo ante él, se regañó así misma mentalmente. Gerard había visto su lado más vulnerable.
                                 Se había jurado así misma que no bajaría la guardia ante él. ¿Qué estaba haciendo? Estaba bajando la guardia ante él. La biblioteca de lady Kate había crecido bastante en los últimos años.
                               Debían de darle las gracias a los parientes que le tenían compasión a ambas. Les hacían llegar vestidos ya usados. Libros que ya habían leído.
                               Susan no quería vivir de limosnas. No quería depender de la caridad de nadie. Apretó los puños con rabia.
                               Se recordó así misma que era la nieta de un noble. A pesar de que un canalla fue el que la engendró. Sólo Dios sabía de qué familia vendría aquel hombre. ¿Y por qué sentía aquel interés en saber más de un miserable?
                               Porque me estoy enamorando de otro miserable, pensó Susan. Así de simple.
                               Cogió uno de los libros que había en la estantería. Era un libro nuevo que había llegado hacía apenas unas semanas.
                                Leyó el título que había en la portada. Se llamaba Sentido y sensibilidad. Su autora había muerto unos dos años antes.
                                Se llamaba Jane Austen. Susan había oído hablar de ella.
                                Era la primera vez que podía leer un libro suyo. Abrió la novela. Decidió que no pensaría en nada. Pero no tardó en darse cuenta de que aquellas páginas hablaban de un tema que Susan luchaba por evitar.
                                 Contaba las peripecias vitales y sentimentales de dos hermanas. Susan no sabía lo que era tener una hermana. Era hija única. Ignoraba si el hombre que la había engendrado tendría más hijos además de ella. ¿Tendría hijos bastardos? ¿Estaría casado y sus hijos serían legítimos por haber nacido en el seno de un matrimonio?
                               ¿Cómo sería tener un hijo con Gerard?



                            Dejó de leer. Cerró la novela con furia. Pensar en Gerard la ponía de muy mal humor.
                            Decidió que no volvería a verle.
-Susie...-la llamó su madre-¿Dónde estás?
-Estoy en la biblioteca, madre-contestó la aludida-Creía que ibas a pasar más tiempo fuera.
-He estado fuera paseando una hora. Deberías de hacer tú lo mismo. Si no sales a que te dé el aire, te va a pasar lo mismo que le pasa a las flores cuando no se las riega. Se marchitan.
-¡No soy una flor, madre! Y estoy bien.

sábado, 25 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi blog novela Una pareja enamorada. 
La relación entre Gerard y Susan sigue avanzando.

                               Susan tuvo la sensación de estar metida en un buen lío.
                               Obedeciendo a un ridículo impulso, le escribió una nota la tarde antes a Gerard pidiéndole encontrarse con él. Ahora, estaban sentados sobre la hierba, a la orilla del río Támesis.
                               Gerard la había saludado.
                               Había besado su mano con respeto.
                               Pero no le dijo lo que realmente pensaba. No le dijo que la encontraba más bella que nunca con aquel hermoso vestido. Las palabras murieron en su garganta cuando Susan hizo acto de presencia.
-Me alegro mucho de verla, miss Cole-afirmó-Había llegado a creer que me odiaba. Y no he hecho nada para merecer su odio. Entiendo lo que ha pasado. La situación que ha vivido. No debe de ser nada agradable. Pero entienda que yo no tengo culpa alguna.
-Créame-le aseguró Susan-No le odio. Me inspira simpatía. Pero...No quiero tener ningún tipo de relación romántica con usted. No me malinterprete.
-¿Por qué odia tanto a los hombres?
-No he tenido experiencia alguna con los hombres. Estoy segura de que ya habrá oído hablar de mí. No le voy a ocultar que mi madre no es ninguna viuda. Soy hija de madre soltera. Por ese motivo, la aristocrática familia de mi madre la desterró a esta apartada isla. Nací aquí y he crecido aquí. Ningún caballero honorable se acercaría a mí de saber lo que realmente soy. Usted no es ninguna excepción, señor.
-Se equivoca.
                            Gerard conocía toda la historia.
-¿Cómo dice?-se extrañó Susan-No le he entendido bien.
-Me da igual su origen-contestó Gerard con firmeza-La quiero a usted.
-¿Se ha vuelto loco?
                             Gerard pensó que había sido demasiado vehemente en su afirmación. Pero se trataba de la mujer de la que estaba locamente enamorado.
                              No podía seguir reprimiendo lo que sentía por más tiempo. ¿Por qué Susan no quería verlo? A lo mejor, ella también estaba librando una ardua batalla consigo misma. Contra lo que realmente sentía por él. Podía amarle. Podía ser correspondido por ella.
-No le culpo por juzgar por igual a todos los hombres-contestó Gerard-Pero no soy como los demás hombres. Quiero demostrárselo, miss Cole. Por favor...Déjeme que le demuestre que soy distinto.
-Conozco a los hombres como usted-replicó Susan, furiosa-Eso mismo le ocurrió a mi madre. La sedujo con regalos. Con palabras bonitas...Le hizo mil promesas.
-Su padre es un malnacido. Le deseo que esté en el mismo Infierno. Ya no es un hombre. Deshonró a una joven inocente y la dejó sola con un bebé creciendo en sus entrañas. Se convirtió en un cobarde. Aborrezco con toda mi alma a los cobardes. Usted, por suerte, es la hija de una mujer valiente. Una mujer que lo ha dado todo para que usted salga adelante. Y se parece a ella, miss Cole. Es el vivo retrato de su madre. Decidida...Fuerte...Una mujer digna de ser amada. Y yo...
                           Gerard no se reconocía así mismo. ¿Estaba tomando las riendas de su vida?
                           Cogió la mano de Susan. Se la besó con respeto.
                           Siempre había sido algo tímido. Era algo que a su familia no le agradaba.
                           Sólo hizo algo que iba contracorriente cuando decidió buscar un trabajo. En Londres, todo el mundo creía que estaba de viaje por el continente.
                            Susan creyó que su corazón saldría disparado del interior de su pecho. Clavó su mirada en la mirada de Gerard. Aquel hombre parecía ser sincero con ella.
-Por favor...-susurró-No...
                           Gerard besó varias veces su mano.
                           Las lágrimas cayeron por las mejillas de Susan. Nunca lloraba delante de nadie. Era una joven orgullosa.
                          Pero, en aquel momento, estaba haciendo algo que le desagradaba.
                          Se estaba mostrando débil ante Gerard. Le estaba enseñando su lado más vulnerable. Aquel hombre...Podía hacerle daño si bajaba la guardia.
                           Sin ser consciente de lo que estaba haciendo, Susan se inclinó hacia Gerard.
                           Depositó un beso en su mejilla.
-Susan...-le oyó susurrar.
                            Podía estar siendo sincero con ella. ¿Por qué no se daba así misma la oportunidad de conocerle mejor? ¿Por qué estaba negándose así misma lo que anidaba en su corazón? También tenía sus sueños. También quería ser amada. También deseaba enamorarse.
                           Gerard se perdió en los hermosos ojos de Susan. Su mirada se posó en los delicados labios de la joven.
                           Sin ser consciente de lo que estaba haciendo, se inclinó hacia ella. A lo mejor, Susan lo rechazaba.
-Susan...-tornó a susurrar.
                           Sus labios se posaron sobre los labios de la joven. Rodeó el cuerpo de Susan con los brazos. La estrechó contra sí al tiempo que el beso se tornaba más apasionado.
                           Más intenso...Más largo...
                          Y, para sorpresa de ambos, Susan no le rechazó.
                          Correspondió a aquel beso con igual intensidad.

jueves, 23 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi blog novela "Una pareja enamorada".
Es un fragmento muy breve y tiene como protagonista a Susan.
¡Veamos qué le ocurre!

                                  Aquella noche, antes de irse a la cama, Susan contempló su imagen reflejada en el cristal del espejo.
                                 Llevaba su suelto su cabello. Era de color oscuro. Sus ojos eran de color azul.
                                 Había oído decir a las criadas que iba camino de convertirse en una solterona. Hasta no hacía mucho, Susan había pensado que no era nada malo quedarse soltera porque, así, se dedicaría a cuidar de su madre.
                                 Tenía dieciocho años. Lady Kate pensaba que parecía más madura de lo que una joven de su edad solía ser. Susan era seria. Era arisca. Y parecía tenerle miedo a la gente. Lady Kate insistía en que debía de viajar a Londres. Al mirarse en el cristal del espejo, Susan estuvo a punto de acceder a la petición de su madre.
                               Se sentó en la silla del tocador. ¿A quién pretendía engañar? ¡Ella jamás viajaría a Londres! ¡Nadie la aceptaría! Tan sólo tenía el apellido de su madre.
                               Ningún miembro de la aristocracia se había creído aquella historia acerca de que era viuda. Susan no conocía a su padre y, a menudo, fantaseaba con la idea de conocerle para poder clavarle un puñal en el corazón por todo el daño que le había ocasionado a su madre. Sabía que eso nunca ocurriría. Lady Kate ya no amaba a aquel canalla. Pero siempre le recordaría por ser el padre de Susan. Por haberla engatusado con frases bonitas.
                            Susan sintió cómo las lágrimas se agolpaban en sus ojos.
                            Gerard la había besado.
                            Gerard le había robado besos.
                            Es un hijo de perra, pensó con rabia. Le comparó mentalmente con su desconocido padre.
                             Se puso de pie y no quiso seguir mirándose en el espejo.
                             No intentaría luchar contra su Destino. Seguía decidida a quedarse soltera. Los hombres buenos y honrados nunca se casaban con las bastardas como ella.

sábado, 18 de julio de 2015

"ROBOT ROCK" DE "DAFT PUNK"

Hola a todos.
Aquí os traigo una nueva canción.
Esta vez, pertenece al grupo francés Daft Punk. 
Este dúo está formado por los productores, compositores y músicos franceses  Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter, quiénes se hicieron famosos a finales de la década de 1990. 
Su éxito les sigue acompañando a fecha de hoy. Muchos recordaréis uno de sus grandes trabajos, que sirvió como base para una hacer una película musical (casi no hay diálogos en ella), Interstella 5555, cuyos dibujos recuerdan en sus trazos a los personajes de un ánime. 
Su fascinación por los robots les ha llevado a aparecer en público con cascos cubriendo sus caras, de forma que parecen realmente robots. La tecnología está presente en las letras de sus canciones. 
Lo mismo componen música tecno, que pop, que rock (Robot rock es uno de sus temas más cañeros), etc. 
Les gusta la buena música y celebro su buen gusto. Siento una especial debilidad por este dúo porque no les importa ser ellos mismos, actuando como quieren y componiendo las canciones que quieren. 
Os dejo con uno de sus grandes éxitos, la mencionada Robot rock. 
¡Disfrutad de esta estupenda canción!

viernes, 17 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Hoy, retomamos con Una pareja enamorada. 
La escena que hoy os traigo es más bien cortita. Tiene como protagonista a un Gerard cada vez más enamorado de Susan.
¿Logrará conquistar el corazón de la esquiva joven?
¡Veamos qué ocurre!

                              Gerard era consciente de lo que estaba haciendo desde que empezó a escribir aquella carta.
                              Sabía demasiado bien cómo iba a reaccionar su familia en cuanto leyeran aquellas líneas.

                               Susan es la mujer más maravillosa que jamás he conocido. No sólo es hermosa por fuera. Hay una luz especial en sus ojos. A veces, he llegado a creer que estoy viendo a un ángel. Pensaréis que he hecho mal. He de comportarme como un caballero. 
                              Ya he besado a Susan en los labios. 
                             ¡Estoy enamorado de ella! Sé que Susan es la mujer con la que quiero hacerme viejo algún día. 

                              Su familia no vería eso. Sólo verían que Susan era hija de madre soltera. Lady Kate Cole había desaparecido del mapa tras su presentación en sociedad.
                              La gente empezó a murmurar tras su repentina salida de Londres. Y los comentarios fueron en aumento cuando se supo que vivía en una apartada y pequeña isla situada en el río Támesis en compañía de su única hija. La gente no se creía la historia de que lady Kate era viuda.
                             Eso no me importa, pensó Gerard mientras firmaba la carta. Le pasaba la mitad de su sueldo a su familia. No iba a heredar título alguno. Su familia estaba repleta de pecadores.
                           Sólo se había enamorado de una maravillosa mujer. Y quería pasar el resto de su vida con ella.

jueves, 16 de julio de 2015

"UPTOWN FUNKY"

Hola a todos.
Aunque este blog ha sido concebido para subir mi blog novela Una pareja enamorada, me gustaría darle otros usos.
Al menos, hasta que cumpla su ciclo vital, que será cuando la historia llegue a su fin, dentro de algunas semanas.
De momento, aquí os traigo una canción que me ha gustado mucho. Es una canción muy reciente, con un estribillo muy pegadizo y que recuerda a la década de los 70.
Si os gusta lo nuevo. Si sois unos nostálgicos. ¡Ésta es vuestra canción!
Se trata de Uptown Funky. Es un dueto entre el cantante hawaiano Bruno Mars, que recién estamos comenzando a conocer, con el cantante Marc Ronson.
Espero que os guste la canción.


lunes, 13 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi blog novela Una pareja enamorada. 
Gerard sigue adelante con su esfuerzo en conquistar el corazón de la esquiva Susan. ¿Lo conseguirá?

-Celebro verla nuevamente, miss Cole-saludó Gerard a Susan.
                       Aquella vez, Susan no pudo esconderse en la rama más alta de un árbol de la isla.
                       Gerard había sido más rápido que ella. Los dos se habían encontrado cuando Susan había salido a dar su acostumbrado paseo. Pensó, estúpidamente, en fingir que no le había visto.
                         Pero habría sido inútil. Fulminó a Gerard con la mirada.
-Usted parece empeñado en acosarme-le espetó.
-También he salido a dar un paseo-le aseguró Gerard-Hace un Sol espléndido. Apetece pasear.
-Ya me ha saludado. Siga mi camino.
                           Susan quiso seguir caminando.
                           Pero Gerard se interpuso.
                          Susan sintió cómo la furia se apoderaba de ella.
                           Una furia que fue a más cuando Gerard le cogió una mano y se la besó.
                          Pensó que aquel hombre no tenía vergüenza. Lo único que buscaba era hacerle daño. ¿Acaso creía que era una tonta como lo había sido su madre?
-Le ruego que me deje ir-le ordenó más bien con voz fría.
-Tan sólo quiero hablar con usted un rato, miss Cole-le pidió Gerard-No quiero que me mire como me mira siempre. Entiendo que despierte su desconfianza. Pero no le haría nunca daño.
                           Está mintiendo, pensó Susan. Todos los hombres eran unos mentirosos. Era una lección que le había enseñado la vida.
                          A pesar de su cara roja por el enfado, Gerard pensó que nunca antes la había visto más hermosa. Llevaba puesto un vestido a la moda de color blanco. Sus ojos le brillaban de un modo inusual. En algún rincón de su ser, Susan se alegraba de ver a Gerard. El joven quería pensar que podía haber una esperanza. Era cuestión de tiempo. Lograría derribar la barrera que Susan había construido a su alrededor.
                        No sabía el porqué sentía que Susan Cole era la mujer que llevaba esperando toda su vida.
-Susan...-la llamó-Déjeme que la haga feliz.
-¡Es usted un canalla!-le escupió ella.
-Se lo ruego. Le juro que nunca le haría daño.
-¡Está mintiendo!
                          Susan tuvo el fugaz recuerdo de su madre,quién se había dejado embaucar por los besos que le había brindado un miserable.
                          Alguien que la abandonó a su suerte en cuanto se cansó de ella.
                          Gerard atrajo a Susan con suavidad hacia él.
                          Todo ocurrió muy deprisa.
                           De pronto...
                          Los labios de Gerard se apoderaron de los labios de Susan.
                          La joven abrió los ojos de manera desmesurada.
                          ¿Por qué aquel malnacido la besaba? ¿Por qué la estaba besando?
                         ¿Y por qué ella no se separaba de él?
                         Porque los labios de Gerard eran suaves.
                         La estaba besando con extrema delicadeza. Parecía querer beber de la suavidad de los labios de Susan.
                          ¿Dónde estaba su sentido común?
                          Fue un beso cargado de dulzura. Gerard era bueno besando.
                          ¿Por qué pensaba eso?
                          ¿Por qué se estaba dejando besar por aquel canalla?
                          Porque soy una maldita mujerzuela, pensó Susan con tristeza.

domingo, 12 de julio de 2015

MUJER JOVEN

Hola a todos.
Hoy, mientras navegaba por Internet, he encontrado esta foto que me ha llamado mucho la atención.



Pertenece a una mujer joven que está interpretando una pieza musical con una especie de arpa (no me acuerdo de cómo se llama el instrumento que sujeta entre las manos). Es un grabado de cómo es una dama joven en el año 1819.
Lo he puesto en este blog porque el año en el que transcurre Una pareja enamorada es 1819.
Y la joven del dibujo bien podría ser Susan Cole, la protagonista.

sábado, 11 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Una pareja enamorada. 
Vamos a seguir centrándonos en la figura de Susan.
¡Veamos qué le ocurre!

                                   Susan vestía a la moda.
                                   A escondidas de su madre, estaba suscrita a revistas como el Ladies' Journal. Escondía aquellas revistas en el arcón que había en su habitación.
                                  Cuando se quedaba sola, las leía. Las releía. Quería aprenderse de memoria cómo lucían los vestidos las jóvenes que eran presentadas en sociedad en Londres. Quería recrear la vista en los peinados que aparecían en aquellas revistas. Peinados que Susan intentaba hacerse ella sola, pero que le salían mal. Por lo menos, podía decirse que vestía a la moda.
                               Había una modista en la isla. Susan le llevaba un ejemplar de la revista abierto por el dibujo de un vestido que había llamado su atención.
                               Ante su madre, intentaba fingir que aquellos detalles no le importaban. Sin embargo, Kate conocía demasiado bien a su hija. Susan era invitada a tomar el té en varias ocasiones.
                              Asistía a aquellas reuniones un tanto obligada por su madre. Pero, cuando regresaba a casa, Susan le contaba hasta el último detalle de lo que se había hablado allí.
                             Incluso, le contaba cómo estaba el té que había tomado.
                             Susan se desahogaba con su diario. Como muchas jóvenes, llevaba un diario.
                             Hacía anotaciones diarias en él. Se permitía el lujo de poder manifestar lo que sentía. En las últimas semanas, sólo había hecho anotaciones relacionadas con Gerard. Aquel joven que parecía divertirse acosándola.
                            Las pocas criadas que tenían parecían hablar de aquel joven mientras fregaban de rodillas el suelo. Susan las escuchaba.
                           En ocasiones, fantaseaba con la idea de abandonar la isla. Poseía una esmerada educación. Si quería, podía seguir un magnífico empleo como institutriz.
                          Sólo la detenía su madre. No podía dejarla sola.
                         Recordaba el baile en el que volvió a ver a Gerard. Seguía empeñado en hacerle la corte. ¿Acaso pretendía seguir jugando con ella? Susan no iba a cometer el mismo error que cometió Kate.
                           Ningún hombre se aprovecharía de ella. Era una promesa.
                          Intentaría evitar a Gerard en la medida de lo posible. Cierto era que vivían en una isla muy pequeña.
                           Si le veía acercarse cuando salía a dar un paseo, Susan se subía a la rama más alta de algún árbol. Era algo ridículo, reflexionaba mientras permanecía allí sentada. Pero las hojas ocultaban su cara.
                         Susan quería casarse, pero era consciente de que eso jamás ocurriría. De nada servía perder el tiempo con sueños inútiles. Debía de ser más práctica. Sin embargo, en el fondo, era una joven llena de ilusiones.

viernes, 10 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Hoy, seguimos viendo cómo avanza el cortejo de Gerard hacia Susan.
Veamos qué ocurre.

                          El anciano Jeremiah se interesó por Gerard.
                         Una tarde, el joven estaba redactando en el despacho, sentado ante el escritorio, una carta dirigida al abogado del anciano. Por lo visto, Jeremiah quería introducir algunos cambios en el testamento.
-¿Cómo te va con las escurridiza miss Doyle?-le preguntó a bocajarro a Gerard.
                         El joven dejó de escribir al momento. En un primer momento, pensó que había oído mal.
                         No podía apartar de su memoria el instante en el que besó a Susan por primera vez.
                         Ya no le cabía la menor duda. Susan y él estaban hechos el uno para el otro. Tan sólo necesitaba hacérselo saber.
-No hay nada entre miss Cole y yo, señor-respondió Gerard, turbado-Recién estoy conociéndola. No sé gran cosa de ella. Sé que es muy esquiva. Y creo entender el porqué de su comportamiento.
-Vivimos en una isla muy pequeña-le recordó Jeremiah-Los pocos vecinos que hay aquí nos conocemos entre todos. Sientes algo por esa joven. Lo noto en tu mirada.
-Hace  poco tiempo que la conozco.
-El amor toma su tiempo para hacer acto de presencia. Lo mismo puede ser un instante. Que unos años...
-Miss Cole  no quiere saber nada de mí, señor. Piensa que soy un canalla. Se le ha metido esa idea en la cabeza. Quizás...Tenga razón. No me conoce de nada. Su madre sufrió mucho por culpa de un hombre. Hay muchos canallas en mi familia. Yo no soy así. O eso pensaba. Me temo que no soy la clase de hombre que le convenga.
                          Después de todo, la había besado.
                          Jeremiah se echó a reír. Susan era una joven como cualquier otra. La veía más inteligente que cualquier otra joven.
                           Era prudente y virtuosa. Cualquier caballero estaría encantado de convertirla en su esposa. ¿Por qué  la gente la rechazaba? Era por sus orígenes.
                           Porque lady Kate Cole...
                           Se había arrojado a los brazos de un crápula que la había abandonado a su suerte.
                           El amor era ciego. Podía volver a la gente sensata loca. Lady Kate había pagado un precio demasiado elevado por haber confiado en un miserable. Entendía las reservas de Susan.
                            La gente había vuelto huraña a aquella encantadora joven. Le correspondía a Gerard sacarla de su aislamiento. Enamorarla. Hacerla feliz. Los dos merecían ser felices.
                            Gerard repasó la misiva que había escrito. Vio que no había cometido ningún error.
                           Siguió escribiendo. Tenía muy buena memoria. Podía recordar todo lo que le había dictado Jeremiah.
-Muchacho, ten mucha paciencia con miss Cole-le exhortó Jeremiah-Me da pena. Parece una criatura maravillosa. Merece toda la suerte del mundo. Merece tener a su lado a un hombre que la ame de verdad. Que la haga feliz. Tú podrías ser ese hombre. Pero piensa que es una señorita. La gente es malvada. Pero ella es decente. Puedes dar fe de ello, muchacho.
-Eso quiero-afirmó Gerard-Eso tengo. Miss Cole es especial, señor. Algo en mi corazón me lo dice.
                        Recordaba el beso que le había dado.
                        Debía de intentarlo. El esfuerzo valdría la pena. Lograría conquistar el corazón de aquella esquiva joven.

 

-Hazla sentir especial todos los días de tu vida.
                          Susan era consciente de que ella nunca tendría una puesta de largo en Londres. A veces, parecía que lo tenía asumido.
                           Kate, en el fondo, sabía que a Susan le dolía el no poder viajar a Londres.
                          Se sentía culpable. Algunas noches, oía llorar a su hija. Si entraba en su habitación a consolarla, Susan le aseguraba que estaba bien. Pero Kate sabía la verdad.
                          Susan estaba sufriendo por aquella situación. No era feliz.
                         También quería ser como las demás chicas de su edad. Deseaba poder disfrutar de su presentación en sociedad. Poder bailar en Almacks.
                           Poder encontrar un buen hombre con el que casarse.
                           De pronto, empezaron a llegar a la casa de las Doyle regalos. Montones de regalos... Tanto Susan como su madre estaban sorprendidas.
                       Le llegaron a la joven frasquitos que contenían agua de rosas. También empezaron a llegarle cartas llenas de palabras cargadas con mucho sentimiento. Cartas que Susan no creía pensar que fuesen escritas por alguien enamorado. Y lo mismo decía de los poemas que recibía todos los días.
                        La casa empezó a llenarse de flores porque Susan recibía ramos de flores casi a diario. Lirios...Rosas...Violetas...
                        Kate y Susan tomaron el té una tarde en el saloncito. Soplaba una fuerte ventisca fuera de casa.
                        Kate bebió un sorbo de su taza de té.
-Tu admirador es un joven muy romántico-opinó la mujer.
-Yo no tengo ningún admirador, madre-replicó Susan-No sé a quién te refieres. Ningún caballero decente se fijaría en mí.
-¿Y qué me dices de ese joven, el tal Gerard?
-¡Es un canalla!
-He oído hablar de él y parece un joven honrado.
                      No es honrado, pensó Susan con rabia. Será como el hombre que me engendró. Me usará y, después, me abandonará.
-No  puedes juzgar a todos los hombres por los actos de un miserable-añadió Kate con dulzura-Nadie ha dicho que no puedas casarte y fundar una familia. El mundo está lleno de hombres bondadosos.
                   Susan cogió una pasta que había en un platito lleno de pastas y le dio un meditabundo mordisco.
-No quiero que me pase lo mismo que te pasó-se sinceró-No quiero sufrir como tú has sufrido durante todos estos años por culpa de un malnacido.
-Te tengo a ti-le recordó Kate-El sufrimiento ha valido la pena, Susie.

jueves, 9 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Una pareja enamorada. 
Animada por su madre, Susan empieza a hacer más vida social.

                              Susan no entendía el porqué había aceptado aquella invitación para ir a la velada que se celebraba en la casa de los Barrows.
-Te conviene relacionarte más con la gente, cariño-le había exhortado Kate-No quiero que estés sola. Debes de tener amigas.
                            Susan se estaba aburriendo mortalmente en la casa de los Barrows. La velada consistía en hablar de diversos temas. Habían contratado a una pequeña orquesta.
                            Iba a celebrarse un baile. Susan no quería bailar. Lo cierto era que nunca antes había bailado. No tuvo un profesor de baile con el que practicar.
                            De pronto, alguien se acercó a ella con un vaso de limonada. Sin pensar bien lo que estaba haciendo, Susan aceptó aquel vaso.
                           Sin embargo, se envaró cuando se dio cuenta de quién le estaba ofreciendo aquel vaso. Era Gerard.
                          Su primer impulso fue querer arrojarle el vaso de limonada a la cara, pero se contuvo.
-¿Qué está haciendo aquí?-le preguntó.
-Mister Barrow me ha invitado-respondió Gerard-Celebro verla por aquí.
-No me verá mucho tiempo.
-¿Ya se va?
-Se me han quitado las ganas de seguir aquí.
-No se vaya. No le he hecho nada para que esté enfadada conmigo. Miss Cole, quédese. No se marche. Entiendo que mi acción fue un error terrible. Tiene motivos para estar más que disgustada conmigo.
                       Susan tuvo que reconocer que Gerard nunca le había ofendido. Lo cierto era que siempre se había portado como un caballero con ella.
                         Cierto era que se conocían desde hacía poco tiempo. Una parte de ella quería creer en lo que él le decía. Cuando le aseguraba que quería cortejarla.
                         La otra parte de Susan le recordaba que Gerard era un caballero. Tenía toda la apariencia de un caballero.
-Si la ofendí el otro día, le ruego que me disculpe de corazón-le pidió Gerard con sinceridad-Nunca le haría daño, miss Cole. Se lo puedo asegurar. No soy ningún canalla. Déjeme demostrarle que soy un hombre decente. Bueno...Nunca le haría daño.
-No me mienta-le espetó Susan-Conozco a los hombres de su calaña.
-No soy un mal hombre. Entiendo que piense así, pero le puedo decir que no todos los hombres son unos sinvergüenzas.
                         Está mintiendo, pensó Susan con rencor. Los hombres eran unos canallas que usaban a las mujeres a su antojo sólo para abandonarlas después. Le había ocurrido eso mismo a su madre. La sociedad la señaló como una ramera cuando sólo era una mujer que se había cegado por amor.
                        Había amado a un canalla.
-Quédese conmigo-le pidió Gerard-Se lo ruego. Aunque no me dirija la palabra.
                       Cogió la mano que Susan tenía libre y se la besó.

viernes, 3 de julio de 2015

SUSAN COLE

Hola a todos.
Hoy, me gustaría hablaros de la protagonista femenina de esta blog novela.
Se trata de Susan Cole.
Susan pertenece a la aristocracia. Sin embargo, sus orígenes la han condenado poco menos que al ostracismo.
El pecado de Susan es ser hija de madre soltera.
Hay que tener en cuenta la época en la que transcurre la historia. Estamos en el año 1819. Para la sociedad, Kate, la madre de Susan, ha cometido un pecado imperdonable.
Eso ha llevado a hacer que Susan crezca aislada. Casi no habla con nadie. Y es muy huraña.
Aunque Kate, la madre de la joven, se ha hecho pasar durante todo este tiempo como viuda, los pocos vecinos de la isla de Nag's Head no se lo creen.
Este hecho ha marcado profundamente a Susan.
La joven tiene dieciocho años en el momento de empezar la historia. Es una joven desconfiada por naturaleza. Pero tiene un carácter amable cuando se la conoce mejor.
Intenta reprimir lo que siente por Gerard Welles. Pero estos sentimientos son mucho más fuertes que ella.

 Os presento a Susan Cole, la protagonista de Una pareja enamorada. 

jueves, 2 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Me he animado a subir este fragmento de Una pareja enamorada. 
Es muy breve, pero, aún así, deseo de corazón que os guste.
Veamos qué le ocurre a Gerard.

                                  Gerard intentó ver al día siguiente a Susan.
                                  Pero la criada que le recibió le informó de que la joven se sentía indispuesta y no podía atenderle.
                                  Desde la tarde anterior, Susan no había salido de su cuarto. Se resistía a hablar con alguien.
                                  Gerard dio un paseo por la orilla del río Támesis.
                                  Lo que sentía por Susan era algo muy fuerte. Era un sentimiento que le dejaba sin respiración. Era cierto que apenas la conocía y que no había tratado mucho con ella.
                                  Entendía sus reservas. Pensaba que él era un canalla.
                                  No es así, pensó Gerard. He descubierto una cosa. Estoy enamorado de Susan. Pienso cortejarla. Y no me pienso rendir. ¡Me casaré con ella!
                                  No tenía ningún título que heredar. Era el hijo de un segundón.
                                  Tenía que trabajar para saldar las numerosas deudas que su familia había contraído. Además, ellos no eran quiénes para criticar el origen de Susan.
                                 Ni ella ni su madre tenían la culpa de lo ocurrido. El único culpable era el malnacido que sedujo a la madre de Susan y que la abandonó a continuación. Era cierto que Susan había crecido sin un padre. No tenía el apellido de su padre. Vivía en una mentira. Sin embargo, a lo mejor, había sido bueno para ella. Gerard sabía lo que era crecer en un matrimonio sin amor. Sus padres nunca se amaron.
                                Él quería ser feliz al lado de una mujer que lo amara. La mirada de Susan le decía que sentía algo por él. Pero tenía miedo de dejarse llevar por lo que sentía. Y eso era lo que Gerard iba a averiguar.
                               Se sintió animado. No pensaba rendirse con Susan. Lograría conquistar su corazón.



                              Una sonrisa llena de alegría iluminó el rostro de Gerard. No pensaba rendirse sin pelear por Susan. Lograría su propósito. Se casaría con ella.

miércoles, 1 de julio de 2015

BODAS EN EL SIGLO XIX

Hola a todos.
Siento una cierta fascinación por las bodas que se celebraban en el siglo XIX. Ignoro el porqué. Debe de ser por los vestidos que lucían las novias.
Puede que sea por eso. El siglo XIX es una época de grandes contrastes entre la sociedad. Los muy ricos...Y los muy pobres...
Es una época para soñar por sus vestidos y por sus bailes. Pero...
También es una época muy dura para ser mujer. Esto es algo que suelo decir con frecuencia.