martes, 26 de mayo de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
En el fragmento de hoy, vamos a ver cómo Susan es incapaz de quitarse a Gerard de la cabeza.
¡Vamos a ver qué pasa!

                              Los días pasaron. Susan seguía negándose a salir a la calle. Lo último que quería era ver de nuevo a Gerard.
                               En realidad, no sabía cómo se llamaba. Pero le había visto antes, aunque él no la había visto a ella.
                               Sabía que vivía en aquella isla. Sabía que era el administrador del anciano Jeremiah. De hecho, vivía en su casa. Lo miraba desde la ventana de su habitación salir. Le veía caminar por la orilla del río.
                              Sabía que se llamaba Gerard. Le habían llamado así.
                              Gerard...
                              Le parecía un nombre sonoro. Un nombre bonito...
                              Él no se había percatado de que ella le estaba mirando. Susan lo agradecía. No quería entablar ningún tipo de relación con él. A lo mejor, ya sabía quién era su madre. Lo sabía todo el mundo en la isla.
                              Quizás, Gerard sólo quería aprovecharse de ella. Un hombre como él no querría estar con una mujer como ella.
                                Susan se sentaba en su cama. Era una joven que rara vez lloraba. Pensaba que ni un hombre merecía las lágrimas de una mujer. Ya había visto llorar demasiadas veces a su madre por culpa del amor. Se había entregado al hombre que le dejó a Susan en el vientre. Y había tenido que pagar por un precio demasiado alto.
                              Kate lloraba cuando creía que Susan no podía verla. La joven se había jurado así misma que nunca se enamoraría.
                               No valía la pena sufrir por amor. Además, ningún hombre decente la querría como esposa.
                               Era mejor dejar las cosas como estaban.

martes, 19 de mayo de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo otro fragmento de Una pareja enamorada. 
Veamos cómo le ha afectado a Susan su encuentro con Gerard.

                                   Susan se negó a salir a la calle durante los días que siguieron. Se pasaba todo el día encerrada en su habitación.
                                  Kate tan sólo tenía tres criados a su servicio. Su hermano menor los contrató después del nacimiento de Susan. Tenía un jardinero, una cocinera y una criada.
-Miss Susan me preocupa-le comentó la criada una tarde a Kate-¿No le parece raro que no quiera salir a la calle? Se ha vuelto más huraña que de costumbre.
                                 La criada hacía las veces de doncella con Kate y con Susan. Se enfadaba con la joven cuando se empeñaba en salir sola a pasear.
                                Pero Susan ya no salía a pasear.
-Hablaré con ella-decidió Kate.
                                Logró convencerla de que debían de salir a la calle para visitar a la modista. Había una modista en la isla.
                                 Kate trató de animar a su hija enseñándole las telas con las que serían confeccionados sus nuevos vestidos. Pero fue inútil.
                                Susan parecía estar pensativa.
-¿No te gustaría tener un vestido de color rosa pastel?-le preguntó Kate.
                               Entre ellas, siempre había existido una excelente relación. Susan le confiaba sus secretos a su madre. Kate quería pensar que su hija la veía también como una amiga.
                              Una tarde, tomaron el té en el saloncito. Era una tarde en la que no paraba de llover. Susan respiró aliviada. No salía el Sol. Y ella tampoco salía a la calle. ¡Así no vería a aquel joven!
                                No podía quitárselo de la cabeza. Su madre no paraba de hablarle. Pero Kate notaba que Susan tenía la mente puesta en otra parte.
-Puedes contarme lo que te pasa-le pidió a su hija.
                               Pensaba que podía tratarse de un hombre. Kate podía darle unos cuantos consejos acerca de cómo se portaban los hombres con las mujeres.
-No es nada, madre-mintió Susan-De verdad...
                              Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Kate. Susan estaba en edad casadera. Si quería, podía ser presentada en sociedad. Pero Susan creía que ningún hombre decente se fijaría en ella porque era bastarda.



                               Kate también había llegado a pensarlo.
-Se trata de un muchacho-observó la mujer.
-Madre...-titubeó Susan.
-Hija, ten mucho cuidado con quién se te acerca.
                                Era cierto que Kate quería ver a su hija casada. Quería tener muchos nietos.
                               Pero ella había tenido sus sueños. Y un sinvergüenza tuvo que aparecer en su vida para hacer añicos aquellos sueños. Lo único bueno que le había dejado había sido a Susan. Pero la historia podía volver a repetirse en su hija. Y esa idea asustaba a Kate. No podía pasarse toda la vida protegiendo a Susan. Lo único que podía hacer era hablar con ella. Aconsejarla sobre lo que debía de hacer. Preocuparse por ella.

lunes, 18 de mayo de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Una pareja enamorada. 
¿Cómo afectará a nuestros protagonistas su primer encuentro?

                           Gerard estaba distraído.
                          Jeremiah, el anciano para el que Gerard trabajaba como secretario, se dio cuenta.
-No estás escribiendo, joven-le indicó.
-¿Cómo dice?-se sorprendió Gerard.
-Le estoy dictando una carta y no estás escribiendo. ¿Qué te pasa?
                         Se encontraban en el despacho de Jeremiah.
                         Desde que contrató a Gerard, el anciano no había tenido queja alguna de él. Su mujer solía decir que le caía mejor aquel joven que su yerno. Jeremiah había sido joven. Había conocido a jóvenes bellas.
-Hay alguien que te ha robado el sueño-apostilló el anciano-He tenido tu edad, aunque no lo creas.
-Sólo la he visto una vez-admitió Gerard.
-Una vez no basta para enamorar a alguien. Pero sí basta para despertar el interés de la otra persona. Tiene que ser alguna joven de esta isla. Y de seguro que la conozco.
-Va a pensar que estoy loco.
-Entonces, no me cuentes de quién se trata.
                         Gerard pensó en Susan. A pesar de que se había portado de un modo huraño con él, le atraía de una forma irremediable. Quería verla de nuevo. Poder hablar con ella.
-Es una joven muy huraña-le confió a Jeremiah-Parece que no quiere saber nada de nadie.
-Entonces...-dedujo el anciano-Me temo que sé quién es. Es miss Collins.
                        Susan Collins, pensó Gerard.
                        Así se llamaba la joven que le había robado el sueño. Repitió el nombre para sus adentros. Jeremiah no mostró extrañeza alguna al ver que había acertado en su suposición.
-A pesar de sus orígenes, es una joven decente-opinó.
                        Y pensó que Gerard y la esquiva Susan Collins podían hacer una buena pareja.
-Mi consejo es que intentes verla de nuevo y cortejarla-exhortó a Gerard.
                           El joven le miró con estupor.


sábado, 16 de mayo de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de Una pareja enamorada. 
Veamos lo que pasa.

                            Susan y Gerard se conocieron una tarde.
                            Ella había salido a dar un paseo sola. Algo a lo que su madre se oponía de manera tajante.
                             Sin embargo, Susan nunca le hacía caso. Iba distraída y, de pronto, tropezó con alguien.
                             Gerard se había fijado anteriormente en Susan.
                            La había visto paseando sola en varias ocasiones. También había oído hablar de ella. La gente hacía comentarios despectivos acerca de su origen.
                            Todo ello fomentó el interés de Gerard en conocer a aquella joven. De pronto, ya estaba frente a la joven Susan.
-Le ruego que me disculpe, señor-se excusó ella.
-No ha pasado nada-le aseguró él.
                            Quería hablar con ella. Hacerle muchas preguntas. Pero era evidente que Susan era una joven muy esquiva. Afirmó tener algo de prisa. Eran demasiado años siendo rechazada por todo el mundo. Susan se había convertido en una joven huraña y solitaria.
-¿Me permite que la acompañe a su casa?-se ofreció Gerard.
-Vivo en esta isla, señor-contestó Susan arisca-No me pierdo.
                            Gerard quería saber algo más acerca de la joven. Pero Susan no tenía el menor interés en hablar con él.
                              Gerard logró besarle la mano y decirle cómo se llamaba.
                              Sin embargo, Susan se apartó de su lado. Y se dirigió a toda prisa a su casa.

miércoles, 13 de mayo de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Una pareja enamorada. 
Empezamos a meternos de lleno en materia.

                                     En el pueblo se sabía que Kate no era viuda, como ella había dicho nada más llegar. Incluso, su hija Susan sospechaba que su padre estaba vivo en algún lugar del mundo. Sin embargo, decidía creer la versión que daba su madre acerca de que estaba muerto.
                                    La historia de Kate era muy clásica y muy corriente. Un hombre apareció en su vida con promesas de matrimonio. La sedujo y la abandonó. Cuando se supo que estaba embarazada, su familia la desterró a aquella pequeña isla.
                                    Susan había oído que venía de buena familia. El hombre que la engendró era un auténtico crápula.
                                   Sin embargo, ella había crecido en aquella isla. No tenía la menor intención de casarse.
                                 Lo único que quería era pasarse la vida cuidando de su madre. Era lo menos que podía hacer por ella.
                               Kate había criado sola a su única hija. Su madre le enviaba una renta con la que iban tirando. Susan había recibido una esmerada educación porque una tía suya envió a una institutriz que le dio clases de piano. Si quería, podía ser presentada en sociedad en Londres. Pero la idea desagradaba a la joven. Prefería quedarse en aquella pequeña isla.
                               Aquella tarde, estaba sentada en una silla del saloncito de su casa.
                              Era muy buena bordando. Había bordado manteles que regalaba a sus vecinos. Pañuelos...Sábanas...
                               Estaba bordando una sábana con sus iniciales en punto de cruz.
-Creo que deberías de viajar a Londres-sugirió Kate.
                             Su hija la miró atónita. Una bastarda como ella jamás sería bien recibida en la alta sociedad, pensó. Ni siquiera poseía una dote elevada. Sería menospreciada por todo el mundo.
-¿Y qué hago yo en Londres, madre?-se rió Susan-Haría el ridículo.
-Eres una joven muy hermosa-contestó Kate.
-Pero también soy una bastarda.
-¡Susan! Tú...
-Madre, prefiero no hablar de ese tema. Pero las dos sabemos la verdad. Y es evidente que no sería bien recibida en ningún sitio.
-Podrías hacer una buena boda.
-¿Y qué hombre sensato querría casarse conmigo? Ningún caballero honorable me querría como esposa. Ésa es la realidad.

lunes, 11 de mayo de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos. 
Hoy, empiezo a subir fragmento de Una pareja enamorada. 
He querido que esta historia tenga su propio blog porque siento que la merece. 
Es una historia que transcurre durante la época de la Regencia y es muy bonita. Al menos, tengo esa sensación. 
Espero que disfrutéis leyéndola. 

NAG'S HEAD ISLAND, EN EL RÍO TÁMESIS, A SU PASO POR EL CONDADO DE ABINGDON, 1819

                      Gerard estaba enamorado. 
                      Había caído rendido ante los encantos de la joven Susan Cole. De no ser porque la familia de ambos se oponían a la boda, Gerard habría convertido a Susan en su esposa. 
                       El joven era el sobrino del vizconde de Ford. No tenía ningún título que heredar. 
                       Su tío se había casado con una mujer más joven que él. 
                       Había tenido dos hijos y una hija con ella. Gerard era el hijo de su hermano menor. Sin embargo, parecía que era el cabeza de familia. La familia Welles estaba en la ruina. 
                        Entre el abuelo paterno y el tío de Gerard habían llevado a la familia a aquella situación. Hasta su casa situada en el barrio de Mayfair estaba en la ruina. 
                       Un vecino de Nag's Head Island era un conocido y próspero terrateniente. Tenía una extensa casa solariega en el condado de Abingdon. Pero era tan excéntrico que prefería pasar los días en su pequeña casa en aquella islita. Su esposa y él decidieron contratar a un secretario. Gerard se presentó para el puesto. 
                       Era un joven muy inteligente. El matrimonio tenía una hija viviendo en Bath con su marido y sus hijos. 
                       No se llevaban muy bien con ellos. Acogieron en casa a Gerard como a un hijo. Era un joven ahorrador. Le enviaba la mitad de su sueldo a su familia. 
                        Y su mayor deseo era casarse con Susan. 
                       No había conocido a joven más guapa que ella. Sería una buena esposa para él. 
                       Algunas veces más, se metían en el pajar de la casa de ella y se entregaban el uno al otro. Susan deseaba quedarse embarazada. Su madre cedería a sus presiones. No toleraría un nieto ilegítimo. Bastante tuvo conmigo, pensaba Susan con tristeza. 
                   Kathleen Cole, madre de Susan, la tuvo siendo soltera. Por eso, vivía tan retirada del mundo. Gerard lo sabía. 
                      Mientras revisaba unas cuentas, no podía quitarse a Susan de la cabeza. Su origen no le importaba. La quería a ella. 
                      Comprobó que todo estaba en orden. 
                      La bella Susan, evocó. Penso en ella. Ojos oscuros...Cabello de color negro...Como el ébano...Piel blanca como la leche...
                       ¡Cuánto la amaba!
                       Ya la había besado. 
                       Ella le había entregado un mechón de su cabello. 
                        Susan siempre se salía con la suya. 
                       En la intimidad del pajar, sentía el cuerpo de Susan debajo del suyo. Lo atraía hacia ella. Lo besaba. Lo acariciaba. 
                       Compartían besos. Caricias...Abrazos...
                        Susan lo amaba. Y, a su vez, él la amaba también. Nunca había sentido algo tan intenso por una mujer. 
                        Iba a casarse con ella. 
                       Susan sabía que estaba cometiendo un error. No podía casarse con Gerard. Pero su corazón se imponía a su cabeza. 

domingo, 10 de mayo de 2015

ARGUMENTO DE "UNA PAREJA ENAMORADA"

Hola a todos.
En el lateral derecho, aparece el argumento de Una pareja enamorada. 
Pero también quiero ponerlo aquí.
Cuenta la historia de amor que viven Gerard, el sobrino de un vizconde y miembro de una aristocrática familia arruinada, y Susan, hija de madre soltera.
La acción transcurre en una pequeña isla situada en el río Támesis durante el siglo XIX.
Los dos deben de enfrentarse a la incomprensión de la gente que les rodea. Pero Gerard debe lidiar con los propios miedos de Susan.
¿Podrá triunfar el amor?
Os invito a que la leáis y opinéis.

sábado, 9 de mayo de 2015

HABLANDO DE "UNA PAREJA ENAMORADA"

Hola a todos.
Una pareja enamorada no es ningún nuevo proyecto. Tengo demasiados proyectos a medias como para pensar en nuevos.
Y toda historia merece tener un final.
Una pareja enamorada es una historia que empecé a escribir hace algún tiempo. Como es costumbre en mí, la dejé cuando llevaba algo escrito.
Es una historia bastante peculiar en cuanto a su desarrollo y vais a ver el porqué.
Tiene un especial encanto, al menos, para mí.
Por eso, he querido convertirla en una blog novela. Pero será, más bien, una blog novela cortita. A lo largo de los próximos días, quiero subir trozos y quiero que tenga un final.
Todas las historias merecen tener un final.

jueves, 7 de mayo de 2015

ESCENA ELIMINADA DE MI NOVELA "UN AMOR IMPOSIBLE"

Hola a todos.
Hoy, os traigo una escena eliminada de mi novela Un amor imposible. 
Es más bien cortita.

                                 A simple vista, los vaqueros habían aceptado a Olivia como una de ellos.
                                 Incluso, la trataban como si fuera un vaquero más. Cosa que Olivia agradecía profundamente. Sin embargo, nadie había pasado por algo el cambio que se había producido en su cuerpo.
                                 Desde que era una adolescente, había trabajado en La Pilarita, lo cual le permitía ganar dinero. Y poder sacar adelante el rancho de su padre.
                                  Quiso ser tratada como un hombre. Pero no lo era.
                                   Era una mujer. Los vaqueros con los que trabajaba no eran ciegos.
                                  La respetaban. Olivia no era una furcia que trabajaba en el saloon. Era una mujer decente.
                                  Imponía respeto.
                                  Pedía ser respetada.
                                  Y era respetada. Sin embargo, era imposible, a su vez, no fijarse en ella.
                                  Se parecía mucho a su madre. Todos recordaban a Sarah O' Hara como una hermosa mujer. Y Olivia había salido a ella. Intentaba no pensar en esas cosas. No quería pensar en su madre. Le traía dolorosos recuerdos a la mente. La forma en la que murió.
                                  No era como las otras jóvenes del pueblo. Olivia era distinta.
                                 Porque montaba a caballo a horcajadas. Por su manera de vestir tan masculina. Por ponerse pantalones.
                                  Por saber disparar. Por manejar muy bien el cuchillo. Por usar ponchos holgados. Por cubrir su cabello con un sombrero de ala ancha.
                                   Pero seguía siendo una mujer. Los hombres la miraban con deseo. Olivia sentía asco.
                                   Al menos, pensaba, no le habían dado a ninguno de sus compañeros por pellizcarle el trasero.
                                  Se habría muerto de asco.

lunes, 4 de mayo de 2015

ESCENA ELIMINADA DE "CON EL CORAZÓN ROTO"

Hola a todos.
Aquí os traigo una escena eliminada de mi novela Con el corazón roto. 
Espero de corazón que os guste.

                                La criada sirvió el postre.
                                Tarta de manzana...
                                Pero Olivia ya no tenía hambre. 
                                 Consuela retiró los platos sucios para dejar espacio al postre. Miró a Olivia con preocupación. La conocía demasiado bien. No estaba disfrutando nada de la cena. 
-Anne también es una gran cocinera-recordó Jack-Con todos mis respetos hacia Nora...No quiero que se enfade conmigo. Le tengo mucho aprecio. 
-Pero no estamos en La Pilarita-dijo Olivia-Estamos en mi casa. Y la Reina de la cocina de esta casa es Nora. 
                                 Sean sonrió. 
-Te convendría coger algo más de peso, Livie-la exhortó-Te veo muy delgada. A los hombres no les gusta estar con esqueletos. 
                              Ella le miró sorprendida. 
-¿Por qué dices eso?-le preguntó. 
-Te veo más delgada-respondió Sean-Y muy blanca...Muy pálida..
-¡Bah!-bufó su hija. 
-¿Qué me dices, Jack?-inquirió Sean. Miró al invitado. Había cierta intención en sus palabras. Jack lo notó. Y le desagradó-Eres hombre. Dime qué piensas. 
                             Jack se sintió turbado. 
-Él no tiene nada que opinar-replicó Olivia. 
                              Jack veía a Olivia más delgada. No lo dijo. Para él, ella era perfecta. No tenía ni un sólo fallo. No tenía defectos. Lo era todo para él. 
                            Podía adivinar bajo la falta las piernas esbeltas de la joven. 
-¡Joder!-masculló Olivia 
-Livie...-la regañó Sean. 
-¡Es que odio llevar falda! ¡No me gusta!
-Eres una señorita. Toda una dama...Tienes que llevar falda. 
-¿Me ves rara, Jack?-le preguntó Olivia a su invitado. 
                          Se hizo el silencio. 
                         Olivia estaba nerviosa. No se atrevía a mirar a Jack directamente a los ojos. 
                          Se moría de ganas por besarle. 
-Di algo-le pidió. 
-Te veo igual-respondió él. 
-¿Igual?
-Sí...
-¡Por Dios! ¡Parezco una muñeca de porcelana! ¡Odio eso! Nadie me va a tomar en serio.